Esta vez la jornada de caza sería por la tarde. Por la mañana aproveché para descansar y hacer cuatro cosillas...

Sobre las tres de la tarde aproximadamente llego al coto... Vamos a dar hoy una zona de pequeños olivos que está pegado a la sierra donde los primeros días pude hacerme de una perdiz y con Ruben pudimos tirar algunas más.

Suelto a la perra para que se vaya preparando mientras yo voy sacando las cosas del coche... Nada mas salir, Kira se calienta muchísimo... Tanto que me hace sacar la escopeta antes que sacar el collar...

La llamo repetidamente para evitar que siga el supuesto rastro y mandar al traste el lance.

Me preparo lo más rápido que puedo y comenzamos a cazar.

Entramos en los pequeños olivos por la parte de arriba... Se que si están allí, van a volar hacia abajo... Pero prefiero asegurarme de que están antes de planear alguna estrategia.

Vamos bajando en Zig-Zag por un desnivel que quita el sentío... Cuando de pronto ¡¡PRRRR PRRR PRRRRR!!! Se arranca el bando de diéz o doce perdices hacia el cerro que tengo enfrente!! Han salido muy largas y me lo tomo con calma... La zona donde han parado es muy complicada ya que se pueden colar en el coto de al lado.

Me aseguro de que no quede ninguna en la zona y me voy a por ellas.

Comienzo a subir y la primera no tarda en salir... Se mete en el coto colindante poniendo a la perra nerviosa...

La perra está desvocada... Intento aliarme con ella para intentar poder tirar a alguna pero la perra al correr la perdiz no quiere cuentas con nadie...

De lejos veo como tres o cuatro perdices se levantan solas... Pero ni rastro de pájaros cercanos...

Damos la zona medio bien y pienso que seguramente las hayamos metido de nuevo en los olivos pequeños... Asique me voy en busca de las tres o cuatro que han volado hacia delante.

Al llegar a la zona la perra se queda puesta al pie de un olivo... Me extraña que aguante tanto la perdiz... Kira se lanza y no sale nada... Seguramente ha estado allí hace muy poco...

Voy haciendo un especie de rodeo para intentar dar con ellas pero no las veo y la perra no coge el rastro... ¡¡Donde están!! ¡¡Se las ha tragado la tierra!!

Frustrado y cansado me dirijo de nuevo a los olivos pequeños donde pienso que pueden estar algunas de las perdices que ya hemos levantado.

Tras subir una cuesta importante, coronamos el cerro...

Kira va por la parte izquierda mientras yo voy bajando por los olivos... De nuevo veo salir otra perdiz larga que se dirije al otro coto sin poder dispararla... Kira no se está alejando mucho y aun así, no somos capaces de que salgan a tiro...

Bajamos hasta la parte de abajo cuando es otra perdiz, como no, larga, la que rompe el silencio del campo y se pierde en la lejanía del otro coto.

Estamos teniendo muy mala suerte... Los pájaros que salen, salen demasiado lejos y no dan opciones al disparo...

Buscamos y rebuscamos y no vemos pájaro alguno... Volvemos a la zona donde volamos las tres o cuatro y tampoco tenemos suerte... Solo vemos zorzales que salen de los olivos asustados.

Cansados ya de subir y bajar olivos... Nos vamos al coche para dejarlo por hoy... No sin antes colocarnos en un puesto de zorzales junto con otros dos compañeros más del coto.

Mala tarde de zorzales ya que, no pego ni un solo tiro y entre los tres solo baja uno mi compañero.

Una jornada entretenida pero muy cansada... Cazar perdices salvajes en un olivar con bastante visibilidad y yendo solo, es para mí, el lugar mas difícil para abatir una de estas bravas patirrojas.

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